A 80 años del primer viaje del arquitecto franco suizo a nuestro continente, su legado sigue siendo esencial en la formación y producción arquitectónica.
Charles-Edouard Jeanneret-Gris, alias “Le Corbusier”, “Corbu” o “el Cuervo” como él mismo se hacía llamar, llegó a Sudamérica en octubre de 1929, teniendo como destino la ciudad de Buenos Aires. Allí inició un ciclo de conferencias sobre arquitectura y urbanismo invitado por la sociedad “Amigos del Arte” y la “Facultad de Ciencias Exactas”. Para ello contó con apoyo de Victoria Ocampo y Paulo Prado, quienes, ambiciosos por difundir la vanguardia europea en el hemisferio sur, actuaron como mecenas.
Auténtico viajero, Le Corbusier asumió cada partida como una oportunidad de experiencia trascendente, como la descrita por Baudelaire en “El viaje” y luego, su amigo Blaise Cendrars.
Los primeros contactos con Sudamérica empezaron en Brasil, pero es en Argentina donde se consolidó la primera visita. Desarrolló un ciclo de diez conferencias y al concluirlas, emprendió un recorrido hacia otras ciudades; entre ellas Asunción.
Corbusier llegó a nuestra ciudad con el vuelo inaugural de la Compañía Sud-Americana de Navegación Aérea a finales del mes de octubre. Curiosamente, en este viaje es donde retomó su carnet de voyage y del mismo se conocen dos bocetos la ciudad, fechados el día 24 de octubre, y otros, de vistas aéreas de cursos de los ríos Paraguay, Paraná y Uruguay, que luego estudió y llamó “ley del meandro”.
Le Corbusier encontró una Asunción que captó su interés por el protagonismo de la naturaleza en el paisaje urbano. Conoció una ciudad pequeña y tranquila, con muchos árboles, rodeada por el río y casonas coloridas; una ciudad muy diferente a la que tenemos. Qué pensaría Corbu si nos visitase hoy?
Entre el 7 y 8 de noviembre Le Corbusier estuvo en Montevideo. Esta visita es tan importante como la que hizo a Buenos Aires, Rio de Janeiro y Sao Paulo; pues da como fruto importantes planteamientos urbanos. El arquitecto elabora propuestas para estas ciudades y las mismas son registradas y fundamentadas junto con otras experiencias del viaje en “Précisions sur un Etat présent de l´Architecture et de l´Urbanisme” (1930). Característica de la obra es la manera en que Corbusier replantea sus teorías y elabora nuevos conceptos habiendo experimentado una realidad completamente distinta a la europea. El Cuervo escribe: "Mi cabeza aún está colmada de América [...] no había infiltración europea alguna en esta tierra fértil de sensaciones y espectáculos americanos que [...] han sucedido escalonados, superpuestos en una pirámide donde Rio es la cima coronada por fuegos artificiales".
Puede marcarse un antes y un después de la experiencia sudamericana, tanto en la obra corbusiana, como en la arquitectura regional, tras el impacto de su visita. Sin apartarse del espíritu del Movimiento Moderno, del racionalismo; Le Corbusier de aquí en adelante incluye conceptos como el respeto por la naturaleza y la importancia del factor cultural.
Ninguna de las propuestas elaboradas en este viaje pudo materializarse, pero su legado fue rápidamente difundido a través de sus conocidos bocetos americanos.
Le Corbusier ha dejado un legado que perdura a hasta nuestros días; su constancia y su confianza en el hombre. Ochenta años han pasado desde la primera vez que estuvo en este “nuevo mundo”, pero sus ideas siguen incidiendo hoy en la labor creativa de arquitectos y estudiantes de arquitectura latinoamericanos.
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sábado, 20 de marzo de 2010
miércoles, 17 de marzo de 2010
lunes, 1 de marzo de 2010
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